Examen de fin de año

Acá en Italia existe una curiosa y cívica costumbre: la de hacer público los temas del examen final del último año de las escuelas nacionales, del que grandes y chicos por unos días hablan, discuten, simulan y juegan a responder, aunque ya no tengan la edad para hacerlo. Es un examen común para todos los que están a punto de egresar. El alumno de Milán tendrá que desarrollar el mismo tema que el de Roma o Napolés o donde fuere. Los periódicos, en la primera página, hablan del examen. La radio llama a científicos e intelectuales reconocidos para que respondan a las preguntas que a su vez, esta mañana, encerrados en un aula, sin celulares ni compus ni machetes (esp. chuletas) ni lo que fuera, están respondiendo.

Los temas propuestos hoy por el Ministerio no son ni la celebración de los 150 años de la Unidad de Italia ni la condecoración de santo con la que fue investido este año el ex Papa Giovanni Paolo II ni los desastres ecológicos al mejor estilo Japón. Los temas han sido Ungaretti, Enrico Fermi (un físico de los años de la segunda guerra mundial, ganador de un Nobel por sus investigaciones en el campo de la física nuclear y la atómica, si mal no me he informado), Warhol y los quince minutos de fama que todos tendremos, derecha e izquierda en los 70´.

El texto de Ungaretti es Lucca y dice así:


A casa mia, in Egitto, dopo cena, recitato il rosario, mia madre ci parlava di questi posti. La mia infanzia ne fu tutta meravigliata. La città ha un traffico timorato e fanatico. In queste mura non ci si sta che di passaggio. Qui la meta è partire. Mi sono seduto al fresco sulla porta dell'osteria con della gente che mi parla di California come d'un suo podere. Mi scopro con terrore nei connotati di queste persone. Ora lo sento scorrere caldo nelle mie vene, il sangue dei miei morti. Ho preso anch'io una zappa. Nelle cosce fumanti della terra mi scopro a ridere. Addio desideri, nostalgie. So di passato e d'avvenire quanto un uomo può saperne. Conosco ormai il mio destino, e la mia origine. Non mi rimane che rassegnarmi a morire. Alleverò dunque tranquillamente una prole. Quando un appetito maligno mi spingeva negli amori mortali, lodavo la vita. Ora che considero, anch'io, l'amore come una garanzia della specie, ho in vista la morte.


Los chicos terminan el colegio y el país entero se somete a un examen di conoscenza. Yo creo que me hubiese sacado un cero. He confundido Mi illumino di immenso di Ungaretti con É subito sera di Quasimodo, pero no es eso de lo que me maravillo, sino del hecho de hacer común a toda la Nación, a los que tienen y no tienen hijos, a jóvenes y viejos y a los que como yo somos border, a todos, hacernos partícipes de la prueba que los chicos están pasando y que nosotros una vez, se supone, pasamos. Es un juego y un desafío a ver cuánto hemos olvidado. Es un juego nostálgico, y por eso quizá, atractivo.

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